Mi Montaña Rusa
¿Sabías de la Montaña Rusa?
La vida es una loca aventura, una montaña rusa interminable cargada de momentos cumbre que nos llenan de emoción. También, de experiencias indeseadas que a veces preferimos ni sentir. Encontrarme contigo en este tramo de nuestras montañas rusas es un regalo para mí. Me invita a recordar que hace muchos años me prometí a mí misma atreverme a vivir con el corazón, a escuchar lo que sentía a cada instante y a aceptar todo lo que mi corazón me presentara, por más descabellado que pareciera. Esta promesa cambió mi vida. Me ha llenado de gozo, sabiduría y de oportunidades que nunca pude haber imaginado. Además, me ha permitido conectar con personas como tú de corazón a corazón, sanando y creciendo juntos. Pero, esto no siempre fue así.
En algún momento de mi vida, viví en la ilusión de estar en control. Llegué a sentirme más que exitosa y hasta bendecida. Tenia todo lo que aparentemente podía traerme felicidad: un esposo al que amaba, hijos bellos y sanos y una profesión única que me llenaba de entusiasmo. Sólo que en mi fuero interno, también me sentía profundamente sola, confundida e incluso llegué a culpar a otros, y al sistema, de no poder vivir como anhelaba. Peor aún, estuve muchos anos sintiéndome avergonzada por mi infelicidad. La cual, en aquel momento, ni siquiera podía poner en palabras. Con el tiempo aprendí que esta experiencia comúnmente se conoce como “vacío existencial” y que no es más que un Ilamado a conectar con el alma.
El corazón es el asiento del alma, donde habita esa parte sabia en cada uno de nosotros que, al mismo tiempo, permanece conectada con todo lo existente. Entonces, es como si el corazón, con su energía y sabiduría, fuese nuestra fuente y guía de vida. Un tipo de GPS que conoce nuestro destino y nos indica exactamente cómo Ilegar a él. A pesar de haber empezado a ejercitar mi espiritualidad desde jovencita, al inicio de mi vida adulta, aún estaba desconectada de mi alma. Ir a misa y orar un par de minutos cada día parecía no ser suficiente para abrirme al esplendor de mi parte espiritual. Esta fue mi realidad hasta que conocí las conversaciones con el corazón.
Amor a Primera Vista
Hace casi 20 años, en mis clases de maestría de enseñanza, experimenté las conversaciones con el corazón por primera vez. Recuerdo Ilegar el primer día y encontrarme con las sillas colocadas en círculo, sentirme extraña con el uso de una pieza para hablar y con el sonido del silencio. Con el tiempo fui entendiendo que este escenario simple y cargado de intención me permitía expresarme libremente, escuchar profundamente y sentir una fuerte conexión con los demás. Ser parte de estas conversaciones con el corazón fue el comienzo de mi gran transformación. No sólo porque en ellas me sentía plena, sino porque, poco a poco, me Ilevaron a despertar al maravilloso mundo de mis emociones. Me enseñaron que podía dejarme guiar por poderosas coincidencias e intuiciones.
Licencia para Simplemente Ser
En Febrero del 2007, me diagnosticaron con cáncer de tiroides. Quisiera decirte que esta noticia fue una sorpresa. Pero, siendo honesta, pasado el shock inicial entendí que el cáncer era sólo una confirmación de algo que mi corazón me venia diciendo por más de cinco años: tenía que hacer cambios drásticos en mi vida.
Trabajaba sin parar desde los 16 años, fundé un instituto de inglés exitoso a los 21 y para mis 24 ya estaba casada y tenia mi primer hijo. Entonces, la sola mención de querer bajar la guardia o quizás hasta cambiar de rumbo, era descabellada. Además, no tenia idea de cómo bajarme de lo que se había convertido en mi tren de vida. Esto explica cómo el aterrador diagnóstico de cáncer se convirtió en un tipo de licencia para simplemente ser y eso hice. Paré en seco. Paré todo. Anuncié a todos que me dedicaría sólo a sanar, por tiempo indefinido. Verme de cara a la muerte me Ilenó de una extraña valentía para finalmente comenzar a vivir con el corazón.
Así fue como de manera casi milagrosa comencé a despojarme de todo lo que me cargaba y a instalar nuevos hábitos en mi vida: dejé de usar reloj, aprendí a levantarme y a alimentarme cuando el cuerpo me lo pedía; comencé a disfrutar más de cada instante y a ser parte de actividades con las que siempre había soñado pero para las que nunca tenia tiempo. Descansar, compartir más con mis hijos y disfrutar de preparar una rica comida. Además, comencé a educarme en el arte de estar más consciente y presente.
Cuando me sentí sana y revitalizada, decidí trabajar sólo medio tiempo y certificarme como facilitadora de las conversaciones con el corazón con la fundación Ojai en los Estados Unidos. Fue precisamente en Ojai, mientras participaba del cierre de mi último entrenamiento, donde viví una experiencia casi indescriptible, en la que mi alma me confirmó que no estaba sola, que mi corazón me iba a seguir mostrando el camino y que el cáncer había sido parte del plan. Fue en este momento tan único y sagrado donde me hice la promesa de atreverme a vivir desde el corazón cada día. Todo lo que ocurrió después es como un sueño: por más de tres años me dediqué exclusivamente a investigar qué significa vivir desde el corazón en nuestros tiempos.
Estuve en la radio por más de cinco años. En este medio fue donde tímidamente comencé a a dar conocer la cultura del corazón.
He diseñado e impartido un sinnúmero de talleres en diferentes áreas a nivel personal y organizacional, además de haber creado terapias de sanación usando las conversaciones con el corazón.
En el 2020 comencé a dar talleres online y lancé un podcast para compartir las conversaciones con el corazón con el mundo hispano-parlante.
Una Confesión
Cuando inicié con la investigación, mi mayor frustración era sentir que el mundo en que vivía estaba guiado por una cultura muy distinta a la mía y que no podía hacer nada al respecto. Sin embargo, los hallazgos de esta investigación y mi propia transformación me han demostrado que conectar con el corazón es una experiencia que nos da acceso a un nuevo nivel de conciencia. Desde la conciencia del corazón miramos la vida y todo lo que nos pasa de forma diferente. Entones, no me cabe duda de que cuando tú cambias, el mundo entero lo hace contigo y que es así cómo, de uno en uno, vamos transformando nuestra cultura.
Mi Gratitud es Infinita…
Si has llegado a este punto de mi historia, sabes que para mí nada es casual. Aprecio muchísimo tu tiempo y atención, y confío en que nuestras historias conectan, resuenan y nos liberan. En algún momento, simplemente lo descubriremos. ¡Así es como crecemos y sanamos juntos!
Me encantaría conocer tu historia y saber más de ti. Te leo y respondo en los comentarios de los artículos de mi blog y en mi Instagram. También, recuerda que puedes inscribirte a mi Newsletter mensual donde podrás ser el primero en enterarte de todos mis servicios y aprender a vivir desde el corazón a través de artículos y recomendaciones que preparo con ilusión en cada entrega, de mi corazón al tuyo.
Leonelda Castillo
Estudios
- Licenciada en Contabilidad y Finanzas de la Pontificia Universidad Madre y Maestra en Santiago, República Dominicana.
- Maestría en Educación con concentración en Lenguas Extranjeras por la universidad School of International Training (SIT), Vermont, E.U.
- Doctorado en Filosofía con concentración en Estudios Transformativos, por la Universidad California Institute for Integral Studies (CIIS) California, E.U.
- Autora de la 1era. Investigación sobre el significado de Vivir desde el Corazón en esa universidad.
- Facilitadora Certificada de las conversaciones con el Corazón por la Fundación Ojai, California EE.UU.
Familia
Mi familia es extensa. Fui adoptada con solo dos meses y disfruto de una relación muy rica tanto con mi familia biológica como con mi familia adoptiva.
Llevo 25 años casada con un príncipe de muchos colores que ha sido un gran maestro para mí. Tengo dos hijos que amo con locura y con quienes disfruto hasta más no poder.
Las comunidades creadas a través de Viviendo desde el Corazón son familia para mí. Sus historias se mantienen vivas en mí y a partir de nuestros encuentros disfrutamos de una conexión de corazón a corazón.