Amor Incondicional: Una práctica de vida para ser feliz
Mensajes
Para Despertar
Blog
Amor Incondicional:
Una práctica de vida para ser feliz
Hace alrededor de diez años viví una de las crisis matrimoniales más fuertes de mi vida, de esas que te hacen cuestionar por qué te mantienes en una relación de pareja. Recuerdo que me sentía desesperada y acudí a mi querida Martha (mi terapeuta de toda la vida) en busca de apoyo y de un merecido desahogo. Le conté lo que había pasado como tantas otras veces, no sólo con la expectativa de que ella me diera la razón, sino con la esperanza de que me ayudara a encontrar una salida. Para mi sorpresa, Martha respondió a mi historia con una pregunta que parecía no guardar relación con mi enojo: “¿Qué tan interesada estás en conocer a Dios?”. “Mucho”, respondí prácticamente sin pensarlo. Entonces, me miró fijamente a los ojos, respiró profundamente y me dijo: “Tranquila. Te aseguro que esto pasará. Si realmente estás interesada en conocer el amor de Dios, aprovecha esta oportunidad. Pues el matrimonio es uno de los caminos más seguros para llegar a Él”. Con esta frase, Martha dio por concluida nuestra sesión. Yo me quedé fría. No había entendido nada. De no ser por el respeto y la admiración que sentía por ella, me hubiese sentido burlada. Su respuesta se convirtió en un tipo de acertijo que me llevó un buen tiempo descifrar y que hoy comparto contigo.
Amar incondicionalmente es llevar el sentimiento a la acción, retirando las condiciones que solemos establecer en nuestras relaciones a cambio del amor que damos. Estas condiciones son muy comunes, pues tienen que ver con la imagen que construimos en la mente sobre cómo tienen que ser nuestras relaciones y las personas involucradas en ellas. Entonces, cada vez que entendemos que nuestra pareja, nuestros amigos o hermanos tienen que comportarse de una manera específica para poder amarles, estamos condicionando nuestro amor hacia ellos. Mientras que, cuando soltamos alguna de estas condiciones, con ellas se va también la necesidad de que las cosas o las personas sean como las concebimos en la mente. Por tanto, amar incondicionalmente es aceptar. Y este tipo de aceptación no sólo nos acerca a Dios, sino que también se convierte en una práctica para ser feliz.
La experiencia de amar incondicionalmente y de sentirnos aceptados es más que una posibilidad para el Dr. Humerto Maturana. Sus estudios sobre la biología humana revelan que la aceptación es una necesidad básica para nuestra especie y un elemento esencial para nuestro bienestar. Los seres humanos necesitamos sentirnos aceptados para ser felices porque las condiciones que usualmente colocamos en nosotros mismos y en los demás generan un peso emocional en nosotros que nos hace sentir atrapados. Mientras que, el sentirnos aceptados trae consigo un sentido de libertad, de confianza y de seguridad.
Si la aceptación es algo tan natural en nosotros, cabe preguntarnos por qué se nos hace tan difícil relacionarnos de esta forma en nuestro día a día. Según Maturana, nuestra capacidad de aceptación ha sido gravemente afectada por las creencias y comportamientos que rigen la cultura patriarcal. El mundo moderno occidental gira alrededor del miedo. Miedo a morir, a perder, a no ser aceptados. A partir de esta realidad, nuestra cultura propone sistemas de relaciones que van en contra de nuestra naturaleza, como por ejemplo las jerarquías (amparadas en la creencia de que algunas personas son superiores a otras) y el sentido de competencia (que nos hace ir detrás de lo que queremos “cueste lo que cueste”). Entonces, muchos de nuestros comportamientos se derivan de sostener una lucha de poder en nuestras relaciones, lo cual va en contra de nuestra capacidad de amar sin condiciones.
En nuestra cultura, las expectativas, los roles y los juicios pretenden decirnos cómo tienen que ser las personas y las cosas. Esta fijación resulta ser paradójica ante nuestra naturaleza cambiante. Amar incondicionalmente implica aceptar a las personas y las situaciones tal como se presentan en cada momento. Esto incluye un tipo de aceptación de nuestras propias emociones y resistencias.
Desde esta óptica, nuestro gran reto para aprender a amar incondicionalmente es entender que las reglas culturales que rigen nuestras relaciones muchas veces van en contra de nuestras necesidades biológicas. Es como si nos diésemos cuenta de que las reglas que hemos aprendido sobre el juego de la vida son contradictorias a aquello que nos permite disfrutar de ella. Nuestro crecimiento y sentido de felicidad siempre va de la mano con nuestra capacidad de amar incondicionalmente.
7 Prácticas para aprender a amar incondicionalmente:
- Mira tus expectativas y más allá de ellas:
Todos nosotros nos creamos expectativas a cada momento: fijamos metas, hacemos acuerdos y planes que luego nos esforzamos por cumplir. Reconocer que las expectativas son creaciones mentales con las que podemos jugar nos ayuda a recordar que pueden cambiar. Mejor aún, podemos jugar a reconocer nuestras expectativas y a mirarlas con desapego para que actúen como un mapa y no como un territorio.
- Reconoce tu rol, pero nunca te confundas con él.
Muchas veces dedicamos tanto tiempo y energía a un rol en particular que olvidamos que más allá de él somos seres humanos. Este es el caso de un padre que, en medio de una situación embarazosa, se niega a entender a su hijo por sentir que le corresponde reprocharle y decirle qué tiene que hacer. O del jefe, que por apego a las reglas ni siquiera escucha las inconformidades de su personal. En estos casos conviene recordar que nuestro rol esencial es el de ser humanos.
- Libérate de condiciones respecto a tus emociones.
El acto de condicionar nuestras relaciones comienza por el trato que damos a nuestras emociones. Conceptos erróneos que categorizan las emociones en buenas y malas, limitando su existencia a ciertos escenarios, han determinado nuestro comportamiento con respecto a ellas. Aprender a amar incondicionalmente es una práctica que supone aprender a sentir todas las emociones que surgen en nosotros libremente. Percátate de cada vez que quieras tapar o controlar una emoción. También de cada vez que tengas pensamientos de culpa o vergüenza por sentirte de alguna manera. Este pequeño gesto se traducirá en grandes avances en cuanto a tu habilidad de amar incondicionalmente.
- Libérate y libera a los tuyos con amor.
Todos nosotros sostenemos acuerdos inconscientes con otras personas. Muchas veces, estos acuerdos nos mantienen atados a ciertas condiciones que necesitamos soltar para poder aceptar. Sabremos que esto es así cuando entramos en conflicto con otros o experimentemos malestar físico o emocional sin aparente razón. En todo caso, repetir la frase “te libero y me libero con amor, con intención y atención, puede ser un primer paso para cambiar la mirada que nos mantiene apegados a cómo las cosas y le gente tiene que ser.
- Amate y acéptate completamente.
Sabemos que amar es aceptar. Cuando amamos sin condiciones podemos aprender a aceptar aquello en nosotros que nos disgusta. Tu aceptación de ti mismo determina tu capacidad de aceptar a los demás. Entonces, es importante que mires cada vez que digas algo que revele una poca aceptación de ti mismo y de tu vida. Aún cuando lo haces a manera de chiste. El sólo hecho de despertar a aquello que no amas de ti mismo es un paso importante para amarte incondicionalmente.
- Mamá como ejemplo de amor incondicional.
A pesar de las incongruencias culturales con nuestra biología, muchos de nosotros hemos tenido la dicha de experimentar el amor incondicional gracias a nuestras madres. Al ser dadoras de vida, están menos propensas a caer en juegos manipulativos que pretenden atar a sus hijos a sus expectativas.
Una madre es un ejemplo e inspiración para todo aquel que decida aprender a amar incondicionalmente. Con su presencia inagotable, nos enseñan a ser apoyo y a respetar el camino de cada ser humano, sin excusar sus tropiezos.
- Hazte consciente de tus juicios
Los juicios son parte de nuestro lenguaje y de las impresiones que nos formamos a cada momento. No podemos evitarlos, pero sí podemos hacernos conscientes de ellos. Darnos cuenta de nuestros juicios les quita poder. Cambiar de opinión también es un ejercicio que nos ayuda a recordar que todo depende del cristal con que veamos las cosas. Cada vez que sintamos que no podemos aceptar algo o a alguien, es señal de que hay un juicio que nos toca mirar.
Amar incondicionalmente es una práctica esencial para ser felices. Sobretodo en nuestro interés de cultivar relaciones armoniosas que llenen nuestra vida de sentido. A pesar de que nuestros hábitos culturales tienden a desviarnos de la intención de amar sin condición, cada día nos trae oportunidades únicas para hacer de esta práctica un estilo de vida.
De mi corazón al tuyo,
Leonelda Castillo
Preguntas para despertar:
- Identifica tres personas en tu vida a quienes ames sin condición. Hazle saber que pase lo que pase, siempre estarás ahí para ellos.
- Identifica aquellas personas que te han demostrado amor incondicional. Comunícale cuán importante ha sido este apoyo para ti.
- Marca las prácticas en este articulo que suponen mayor reto para ti y describe por qué.
Si sientes que este artículo es útil, compártelo con tus seres queridos.
Para conocer más de este tema, sígueme en las redes sociales. También puedes disfrutar del episodio #22 de Corazonando podcast.
Ciertamente tenía cosas olvidadas, gracias por recordármelas y gracias por tus enseñanzas! Te valoro y admiro mucho