
Hazte Consciente de lo que Sientes
Mensajes
Para Despertar
Blog

Hazte Consciente de lo que Sientes
Hoy amaneció parcialmente soleado. Al despertar y darme cuenta de que estaba recibiendo el regalo de un nuevo día, me sentí llena de gozo. Minutos después noté que me dolía un poco la cabeza y el abdomen. “¿Qué será?”, pensé. Sentí miedo. Nubes negras amenazaban mis planes para el día. Al levantarme sentí alivio: el dolor en el cuerpo no era tan intenso. Una hora más tarde y en medio de una conversación con mi compañero, se desató un tornado con la sola mención de una palabra. Lo vi venir. Me quedé quieta y no opuse resistencia. Opté por mantenerme callada, dándome cuenta de todo lo que surgía en mí. La conversación llegó a su fin. Decidí tomarme diez minutos para escribir un poco sobre lo ocurrido, reconociendo que la tormenta aún no había pasado. Mientras escribía, sentía que algo se estaba moviendo en mí, fui sintiendo más y más… ¡rabia! Seguí escribiendo, sintiendo. Comencé a descubrir cosas nuevas y con ellas fui encontrando alivio. Así comencé mi reunión de la mañana, sintiéndome aliviada. Las próximas horas fueron como disfrutar de una suave brisa. El pronóstico para el resto del día lucía despejado, pero no sé si terminaremos retomando la conversación que culminó en tormenta antes de ir a la cama. Puede que la noche sea fría. Las emociones son tan impredecibles como el clima. Aún cuando creemos saber qué va a pasar.
La mayoría de nosotros solemos experimentar historias similares a esta. Podemos disfrutar de días soleados y serenos en los que básicamente nos sentimos bien, tener días en los que no para de llover porque estamos tristes o confundidos. Tenemos momentos en los que pasamos de disfrutar del sol más candente a una tempestad en cuestión de segundos. Curiosamente, cuando se trata de nuestro clima emocional nos cuesta aceptar que es impredecible. A pesar de que la ciencia ha comprobado que nuestras emociones están llamadas a ser cambiantes e ilógicas, insistimos en querer manejarlas.
El único truco infalible para manejar nuestras emociones es hacernos conscientes de ellas y en este Mensaje para Despertar vamos a descubrir por qué.
Primero lo primero: Sentirlo Todo
Sentir es despertar a aquello que está pasando en nosotros y a nuestro alrededor. Sintiendo es cómo conectamos con el momento presente y con la realidad que estamos viviendo. Si bien es cierto que las emociones infunden un tipo de color a nuestras experiencias, el sentir una emoción implica mucho más que eso. Nuestras emociones son las que nos mueven, las que nos impulsan a buscar recursos, a aprender o a mantenernos inertes. Así como los movimientos de la tierra rigen nuestros ciclos, sintiendo es cómo comenzamos a descubrir aquello que necesitamos saber.
Cada emoción trae a nosotros un tipo de información, una nueva forma de entender o de hacer las cosas que sólo podremos asimilar si nos damos cuenta de lo que estamos sintiendo. Nuestra habilidad de darnos cuenta de lo que sentimos realmente fluctúa entre tres grandes niveles: En un primer nivel somos totalmente inconscientes de lo que sentimos. Estamos arropados completamente por una emoción y no nos damos cuenta de que está ahí. En momentos como estos es como si una emoción desconocida tomase el timón de nuestras vidas. De ahí que pensamos, hacemos y decimos cosas que pueden parecer incoherentes en relación a lo que estamos viviendo. Reír para no llorar, tener pensamientos recurrentes o evitar lanzarnos a hacer algo aún cuando estamos listos, son ejemplos de cómo actuamos desde la inconsciencia de lo que realmente sentimos. En un segundo nivel se encuentran aquellos momentos en los que sabemos lo que sentimos, pero no estamos particularmente a gusto con ello. Lo que nos lleva a querer justificar la emoción, a manipularla o hasta a negarla. Finalmente, en un tercer nivel están aquellos momentos en los que estamos conscientes de lo que sentimos y simplemente lo aceptamos. Como cuando dices: “Hoy me siento feliz. No sé ni por qué, pero así me siento”.
Cuando no somos conscientes de lo que sentimos, las emociones se apoderan de nosotros completamente y nos sirven de poco. Nada podemos hacer con aquello que no podemos mirar ni entender. Mientras que, cuando nos hacemos conscientes de lo que estamos sintiendo, despertamos a la posibilidad de controlar la emoción o de sentirla en todo su esplendor.
Sólo cuando vivimos intensamente cada emoción descubriremos qué nos viene a traer. Una emoción que es vivida plenamente nos da un nuevo entendimiento de lo que necesitamos hacer. Además, sintiendo cada emoción completamente es como nos preparamos para soltarla y dar paso a una nueva emoción. Haciéndonos conscientes de nuestras emociones, sintiéndolas plenamente y luego soltándolas es como ejercitamos nuestra naturaleza cambiante que nos lleva buscar y encontrar armonía a cada momento.
¿Por qué se nos hace difícil hacernos conscientes de lo que estamos sintiendo?
Hay tres tipos de niños y uno de los tres habita mayormente en cada uno de nosotros. “El malcriado”, que cuando se siente frustrado grita desesperado hasta sentirse triste, cansado y luego se duerme. “El quejón”, que cuando se siente mal juega a quejarse sin parar y se resiste a hacer las cosas que le corresponden por horas o días. Y “el niño bueno”, que acostumbra a guardar mucho de lo que siente o a sentirlo a medias para no perturbar a papá o a mamá. Ahora que conoces cómo funcionan nuestras emociones, ¿cuál niño crees que emociona sanamente? Más importante aún, ¿cuál eres tú?

Más allá de las conformidades sociales, el niño que usualmente catalogamos como malcriado es el que siente “sin filtros”. Expresa lo que siente a tope y así es como aprende a pasar irremediablemente de la ira a la tristeza. El niño quejón, por su parte, tiende a perderse en lo que supuestamente siente. En algún momento aprendió que sostener una emoción era una forma de lograr llamar la atención de los demás. Mientras que el “niño bueno”, que hace todo más fácil para papá y mamá, corre el riesgo de ser quien presente más dificultad para aceptar lo que siente.
Para sentir plenamente y hacernos conscientes de lo que sentimos en cada momento es importante identificar cuáles patrones emocionales cultivamos en nuestra niñez. Estos hábitos están en nuestro inconsciente y sólo mirándolos y reconociéndolos, podemos transformarles.
Tres prácticas para hacerte consciente de lo que sientes.
- Di sí a lo que sientes y hazle un espacio:
En un mundo tan acelerado y ocupado hacernos conscientes de lo que sentimos puede convertirse en todo un reto. Si nuestra mente está enfocada en hacer, no puede sentir. Asegúrate de crear espacios en los días en los que no hagas nada, aunque sea sólo por cinco minutos.
Cuando sientas que una emoción surge en ti, trata de parar lo que estés haciendo y sólo sentir por un momento. Esta acción es especialmente importante cuando se trata de emociones desagradables que puedes llenar de amor, repitiendo la palabra “sí” al sentirlas.
2. Practica ser vulnerable y compasivo:
La vulnerabilidad es una cualidad humana que nos permite estar cada vez más conscientes de lo que sentimos y conectar con las necesidades de los demás. Practicar ser vulnerables es estar dispuestos a sentir en todo momento y en todo lugar.
Cuando no sepas qué hacer, siente. Cuando no sepas qué decir, siente primero y piensa después. Si entiendes que expresar una emoción en un momento determinado no es prudente, no lo hagas, pero nunca dejes de sentirla.
3. Vive de alivio en alivio:
El alivio es una sensación mágica. Actúa como un tobogán que nos permite deslizarnos de una emoción a otra. Para encontrar alivio puedes acudir a dos preguntas básicas todos los días y varias veces al día: ¿cómo me siento y qué necesito?
Descubrir las respuestas a estas preguntas es un gran paso hacia una vida emocionalmente consciente. Independientemente de que puedas ir detrás de aquello que identificas como una necesidad, el sólo hecho de reconocerle te devuelve la posibilidad de ser cada vez más coherente con lo que sientes. Así es como, poco a poco, tus emociones, lejos de ser un estorbo, se convierten en una guía infalible para descubrir lo que necesitas saber a cada momento.
Hacernos conscientes de lo que sentimos es más que un truco. Es la forma más natural y efectiva de vivir nuestras emociones y aprovechar todo lo que nos vienen a traer. Aún en los momentos en los que nos encontramos pretendiendo manejar (y a veces hasta controlar) lo que sentimos, el sólo hecho de darnos cuenta es un gran paso. La luz de la consciencia siempre trae consigo la posibilidad de sentir más.
De mi corazón al tuyo,
Leonelda Castillo
Preguntas para despertar:
- Responde a las preguntas, ¿cómo me siento y qué necesito? Escribe tu sentir lo más ampliamente que puedas y sin juicios.
- ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste agradecido/a y lleno/a de gozo? Escribe libremente sobre cómo se siente esta emoción en tu cuerpo. Luego, has lo mismo con el miedo y la tristeza.
- Identifica cuáles emociones tiendes a apegarte y cómo lo haces. Luego, has lo mismo con aquellas que rechazas.
Si sientes que este artículo es útil, compártelo con tus seres queridos.
Para conocer más sobre este tema sígueme en las redes. También te invito a escuchar el episodio #23 de Corazonando podcast en su segunda temporada.
#emociones #amor #psicologia #bienestar #saludmental #salud #autoestima #inteligenciaemocional #vida #sentimientos
#coaching #motivacion #felicidad #pensamientos #desarrollopersonal #ansiedad #reflexiones #psicoterapia
#conversandodesdelcorazon #weekly #viviendodesdeelcorazón #viviendoengratitud #motivación #crecimiento #serhumano