El Regalo de estar Perdido

Leonelda Castillo 29 de enero de 2022 5 min read 0

Mensajes

Para Despertar

Blog

"Sólo arriesgándonos de una hora a la otra podemos decir que estamos 'viviendo'. —William James

El Regalo de estar Perdido

Han sido muchas las veces en las que he despertado a media noche, sumergida en la más profunda oscuridad y, casi por instinto, he dado pasos. Primero hacia la puerta, tentando. Luego, hacia el pomo, distinguiendo. Y, finalmente, hacia un lugar con algo de luz que me permita ver dónde estoy.  Una vez que me ubico en el espacio conocido, el cuerpo parece reconocer el resto del camino y me lleva automáticamente hacia mi destino, sin pensar, sin calcular. Las numerosas veces que he realizado el recorrido habitual parecen haberse grabado en mi ser.

Esta escena tan común nos evoca momentos menos cotidianos en los que literalmente no podemos ver absolutamente nada: cuando recibimos una noticia inesperada; cuando nuestros planes cambian de manera irreversible; o cuando somos testigos de un comportamiento que consideramos incomprensible. Nos quedamos a oscuras y sólo podemos sentir.  Más allá de la sorpresa, el miedo o de la frustración, podemos empezar a dar pasos a ciegas, apostando a que pronto nos vamos a sentir “ubicados” gracias a la confianza.

La confianza es el puente que nos permite caminar de la oscuridad a la luz, una y otra vez, incluso cuando no comprendemos. La confianza es la que nos abre puertas a caminos nunca antes imaginados, la que nos empuja a buscar señales que normalmente perdemos de vista. La confianza es el impulso que nos lleva actuar en momentos en los que no podemos aspirar a pensar en soluciones, porque ni siquiera terminamos de asimilar la situación en la que nos encontramos. Pareciera que este tipo de experiencia no solo es común en nosotros, sino que es inherentemente humana y, por tanto, inevitable.

Sin embargo, cuando nos acostumbramos a ver todo claro durante mucho tiempo, a sentirnos seguros de quiénes somos, de quiénes son los demás y de lo que va a pasar en todo momento, comenzamos a vivir en la ilusión de un mundo que nos impregna de un tipo de falsa seguridad. El ser humano es tan cambiante, tan regido por ciclos acostumbrados como por golpes inesperados, que es literalmente imposible preverlo todo. Es más, esta fantasía protagonizada por el control y las expectativas, no sólo nos aleja de lo que realmente está sucediendo y perjudica nuestras relaciones, sino que también daña nuestra capacidad de dar pasos a ciegas.

De mi corazón al tuyo,

Leonelda Castillo

Imagina a un niño temeroso que sólo se mueve de un lugar a otro si conoce bien el camino y sabe exactamente a dónde va. De lo contrario, prefiere permanecer inmóvil hasta que papá o mamá le tomen de la mano. Ese niño no se atreve a explorar, a hacer nuevos amigos o vivir nuevas aventuras. Se mantiene más bien encerrado, no sólo en casa, sino también dentro de nosotros cada vez que apostamos a movernos sólo si nos sentimos seguros, si los demás actúan cómo queremos o si las cosas salen como las deseamos. Así que aquí te lanzo una loca invitación: agradece por lo inesperado, incluso si es indeseado. Aceptar aquello que, por momentos nubla la mente, es un entrenamiento efectivo para ejercitar la confianza.

Cuando todas las formas de ver y entender han fallado, sólo nos queda dar un paso al vacío. Ya sea que ese vacío sea una fractura en nuestra autoestima y nos invite a valorarnos aún sin saber exactamente cómo hacerlo; o quizás el vacío se trate de una barranca inesperada en una relación, que nos llame a dejarnos caer en ella; o un cañón que nos haga admitir cierta adicción y abandonarnos a la impotencia que nos provoca aquello que nos controla. Este paso de silenciosa sabiduría, que comienza con riesgo y aterriza en confianza, revela los cimientos que han estado ahí todo el tiempo, pero que sólo podemos apreciar una vez hayamos hecho el movimiento.

La mano que busca la salida no puede eliminar la oscuridad. Así mismo, la confianza no puede eliminar la incertidumbre, sólo llevarnos a tentar, a dar un primer paso y luego un segundo. Con eso basta. Sea cual sea la situación por la que estés pasando, o la decisión que tu vida esté esperando, ¡confía! ¡siempre confía!

Un ejercicio para despertar en 2 pasos:

  1. ¿Cuál es esa decisión que ha estado esperando por ti? Anótala, descríbela libremente.
  2. Escribe la pregunta, ¿cuál es el primer paso? Escribe libremente de nuevo, sin parar, al menos por cinco minutos y observa cómo surge la respuesta.

 

Este artículo es un regalo que puedes compartir com tus seres queridos. Dejame saber tus impresiones y resonancias en la caja de comentarios.

 

Si quieres conocer más sobre este tema, sígueme en las redes. También puedes escuchar el episodio de esta semana de Corazonando podast: Qué es la Confianza.